Un tribunal condenó a prisión perpetua a un policía del Comando Radioeléctrico de Rosario que en enero de 2021 llevó a cabo una irrupción ilegal en una vivienda de zona oeste y mató de un escopetazo en la cara al morador, un albañil que creyó que era víctima de una entradera y tomó un machete para defenderse. Un procedimiento a todas luces irregular, que el uniformado luego intentó encubrir ocultando evidencia y aportando datos falsos al acta. Fue su compañero y testigo, además de las declaraciones de los familiares del hombre asesinado, lo que echó luz sobre la maniobra.

El condenado es Miguel Ángel Yaskievicz, de 46 años. En 2018 había sido felicitado por el entonces ministro de Seguridad por haber socorrido a un bebé que no podía respirar. Este viernes, los jueces Lorena Aronne, Gonzalo López Quintana y Carlos Leiva lo condenaron a la pena máxima por delitos de homicidio doloso calificado, abusando de su función como policía, agravado por el uso de arma de fuego y allanamiento ilegal.

Foto: Alan Monzón/Rosario3


El fiscal Adrián Spelta le atribuyó el hecho cometido el 13 de enero de 2021, cuando Yaskievicz junto con Roque Juan Carlos M. (ya condenado por encubrimiento) fueron comisionados por la Central 911 a Patagones al 4100, Vía Honda, donde había ocurrido un hecho de amenazas calificadas en contexto de violencia de género. La operadora también mencionó la presencia de un hombre armado, que no era otro que un hijastro del albañil que luego terminó asesinado por gatillo fácil, llamado Rafael Venialgo Acosta.

La dupla del CRE obtuvo por radio el posible paradero del sospechoso. Los uniformados llegaron a una vivienda calle 1821 al 4900 y en una acción fuera de la ley, pero con arraigo en la fuerza, ingresaron sin orden judicial al domicilio invocando un hecho en flagrancia.

Así, señaló la acusación, los policías atravesaron el patio delantero, rompieron dos puertas. En una habitación a oscuras se toparon con un hombre que esgrimía un machete. Yaskievicz disparó dos veces con la escopeta antitumulto. Uno de los impactos alcanzó en la cara a Venialgo Acosta, que estaba agazapado a la espera de lo que creía eran delincuentes cometiendo una entradera.

El albañil murió 40 minutos después por las heridas en el rostro y el cuello, mientras iba camino al hospital. Para ese entonces, su hijastro ya se había presentado en una comisaría.

Antes, su esposa había llamado dos veces al 911. La mujer había escuchado los fuertes ruidos de los desconocidos que ingresaban a la casa y arrojó el teléfono bajo un mueble para que no se lo robaran. No cortó la llamada. Desde el piso, el aparato transmitió en vivo la secuencia del crimen: los golpes en el portón, el estallido del ventiluz de la puerta interior, una voz que ordena “tirate al piso” y la detonación de un arma.

El patio delantero de la vivienda. Foto: Alan Monzón/Rosario3


El testimonio del policía Moretti fue esencial para develar la secuencia. El uniformado, que luego contó que Yaskievicz lo amenazó, admitió que se habían falseado datos en el acta de procedimiento, que señalaba que ambos habían ingresado al domicilio luego de ver a dos masculinos correr hacia esa finca, que tuvieron un forcejeo y Yaskievicz perdió el equilibrio y la escopeta se disparó.

En su declaración ante el fiscal, Moretti indicó que Yaskievicz intentó alterar la escena y escondió un cartucho de escopeta y con el machete se efectuó cortes a sí mismo.

Moretti fue condenado a 3 años de prisión de ejecución condicional por encubrimiento agravado; falsedad ideológica de documento público y allanamiento ilegal, en carácter de coautor.