De chica, empezó leyendo ciencia ficció. y cuentos clásicos rioplatenses. Issac Asimov, Úrsula K. LeGuin, Julio Cortázar y Silvina Ocampo, entre otros, forman parte de ese sedimento sobre el que construyó luego su propia literatura, que comenzó como remedio a su propia extranjería, una rosarina en España. Para Valeria Correa Fiz, la literatura viene de la literatura.
Con el tiempo, y los viajes –ahora vive en Madrid, pero vivó en Miami y en Milán, de la que conserva una suave musiquita italiana al hablar–, sumó lecturas, algunas impensadas de otro modo. En Miami conoció a Kelly Link y en Milán a Hanif Kureishi, antes de que sea mundialmente famoso.
Entre sus imprescindibles están Ítalo Calvino y Fernando Pessoa. Pero aún del otro lado del océano se preocupa por estar al tanto de lo que se publica acá; el rosarino Marcelo Scalona hace las veces de curador.
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