Historia del deporte:

Se cree que el rugby nació de la imaginación de los antiguos griegos, pero adquirió su carácter deportivo en Francia. Desde épocas remotas se practicaba en ese país un juego en el que dos equipos se disputaban la posesión de una pelota en cuyo interior se había introducido el premio para los vencedores. 

Se cuenta que el rugby fue inventado en 1823 por un estudiante de Inglaterra, William Webb Ellis, de la Rugby School. El juego surgió cuando William Ellis hizo trampas en el fútbol rudimentario que estaban jugando, y tomó la pelota con las manos.

En 1871 se fundó la Rugby Football Union (Unión de Rugby de Inglaterra) y en este mismo año se realizó el primer reglamento.

Si bien la Unión Argentina de Rugby se fundó en 1899, existen referencias concretas de que el primer partido jugado en nuestro país conforme a las reglas establecidas por la Unión de Rugby de Inglaterra, tuvo lugar en mayo de 1874. En la actualidad, este deporte es practicado en Argentina por más de 70.000 jugadores.

Desde esa fecha en adelante continuó expandiéndose a más de 100 países alrededor del mundo, con diferencias en lo reglamentario a fin de hacerlo más atractivo y también prevenir lesiones.

Lesiones graves en el rugby:

El rugby, al ser un deporte de contacto, se ha caracterizado por la alta incidencia de lesiones asociadas al trauma/contacto. Uno de los principales movimientos es el scrum, el cual ha sido estudiado por las comunidades de medicina deportiva, debido a las lesiones catastróficas de la columna que se puede llevar en esta etapa del juego.

Hay una amplia variedad de lesiones que se producen en el scrum, desde desgarro y contracturas de gemelos, hasta lesiones lumbares, de hombro y cuello.Independiente que en el último tiempo las lesiones en el scrum han disminuido, los estudios refieren que un 40% de las lesiones catastróficas ocurridas en el rugby, están relacionadas al scrum. La evidencia actual sugiere que el tackle se ha convertido en el evento que más lesiones de este tipo generan.

Las situaciones en las que se producen estas lesiones son por mala técnica de tackle frontal donde habitualmente la rodilla del atacante impacta en la cabeza del tackleador (latigazo) o durante la entrada al scrum en caso que algún integrante de la primera línea (frecuentemente el hooker) esté mal alineado y choque contra los hombros contrarios causando que la cabeza salga hacia arriba (colapso hacia arriba) con hiperextensión cervical.

Hay otras lesiones que se generan por microtraumas, y que a largo plazo se evidencian por degeneración en la columna, reducción de la movilidad y alteración en la sensibilidad propioceptiva.

¿Cómo se produce una lesión?

Existen varios factores por los que un deportista puede lesionarse, pero para efectos de estudio, éstos se clasifican en internos y externos.

Factores internos: están relacionados con el deportista en sí, su estado nutricional antes y durante la práctica deportiva, así como el equilibrio adecuado de electrolitos y sales. Si existen las adecuadas reservas de energía en el músculo, las probabilidades de lesión son menores. Es por esta razón que el deportista debe estar bien alimentado tanto en los períodos de entrenamiento, como en los de competencia.

Factores externos: en los deportes de contacto suelen darse golpes entre un jugador y otro, entre un jugador y el terreno o con algún objeto propio del área de juego.

Estadísticas:

Diferencias por puestos: se han llevado a cabo estudios retrospectivo acerca del número de jugadores de rugby con lesiones invalidantes de columna cervical en Argentina, en relación a las distintas circunstancias de juego, puesto, edad y modificaciones del reglamento.

Lesiones cervicales por uesto, de un total de 18 jugadores: se han documentado 18 casos de lesiones invalidantes, transitorias o definitivas, de columna cervical en el rugby argentino entre las décadas del 80 y 90.

Catorce de los 18 lesionados eran delanteros (forwards) y los cuatro restantes eran tres cuartos (backs). 

Nueve de los 18 jugaban de hooker, 2 terceras líneas, 2 segunda línea, un pilar, 2 centros, un wing y un apertura. 

Se comprobó asimismo que el hooker posee mayor probabilidad de estadística de lesión invalidante en columna cervical que el resto de los jugadores. 

En todos los casos la manifestación clínica inmediata fue la parálisis de las cuatro extremidades (brazos y piernas). 

Más lesiones al final del partido: uno de los hallazgos más interesantes hace referencia a la distribución de las lesiones según avanza el partido. Este factor aumenta linealmente a medida que pasa el tiempo, hasta alcanzar el tope a diez minutos del final. En ese instante comienza una disminución de la incidencia de lesiones. En cualquier caso, en la segunda parte ocurren más lesiones que en la primera (en una proporción de 70 a 30). 

Falta de protección: en los últimos años, la falta de protección tradicional en este deporte está siendo corregida parcialmente por el llamado gorro/casco. Las orejas se protegen para prevenir lesión causada por un hematoma que necrosa el cartílago y la deforma. Asimismo, se recomienda el uso de protectores bucales, en especial para el maxilar superior.

Comparación con otros deportes:

En muy raras circunstancias, una lesión en el rugby puede llevar a una parálisis permanente o muerte. Se evidencia una incidencia de 1 a 10/100.000 jugadores por año, catalogándose de igual o menor riesgo que otros deportes de contacto como son el hockey sobre hielo y el fútbol americano, y menor al riesgo de los motociclistas y peatones de ser atropellados y sufrir una lesión catastrófica.

Un estudio argentino determinó que la media de lesiones en rugby es de 17 cada 1000 horas de juego, entre leves, moderadas y graves. Exactamente la misma media que el fútbol. En este mismo estudio comentan que “si bien la incidencia de lesión del rugby y el fútbol son similares, probablemente el porcentaje de lesiones graves, sea mayor en el primero que en el segundo“.

Estudio Prospectivo Epidemiológico en Plantel Superior del Club Atlético del Rosario en 2015 ((Mainini S, Martinez Lotti G, Milikonsky P, Gerosa N y Marconi G)

Sobre los 138 jugadores evaluados, se registraron 81 lesiones en 60 jugadores (43%), de las cuales el 24% fueron lesiones menores, 47% moderadas y 29% mayores.

El 77% de las lesiones ocurrieron durante los partidos, de las cuales el 65% fueron en el segundo tiempo. El 23% restante ocurrieron durante los entrenamientos.

El 94% de las lesiones tuvo un origen traumático, ya sea directo o indirecto, mientras que el 6% restante se originó por sobreuso.

En función al tipo de lesión nos encontramos con 43 lesiones ligamentosas y/o articulares, 20 musculares, 5 óseas, 5 traumas de cráneo, 3 tendinosas, 3 heridas cortantes y 2 traumas de raquis.

El tipo de lesión más frecuente fue el esguince articular (42%), comprometiendo primero el tobillo (19 casos) y luego la rodilla (15 casos).

¿Cómo podemos prevenir las lesiones?

Estar correctamente entrenado física y psicológicamente.

Tener un buen descanso para facilitar mejores reflejos dentro de la cancha.

Previo al partido realizar un buen calentamiento.

En el partido, los jugadores de ambos equipos y el árbitro deben ser ejemplos de la filosofía del Fair Play.

Desarrollar correctamente las áreas específicas del cuerpo para cada puesto: (Ej.: primeras líneas, cuello y trapecios)

Usar la indumentaria correcta para cada partido según el clima y el estado de la cancha (protector bucal, vendas para evitar lesiones en los tobillos, tapones y calzado adecuados para diferentes terrenos etc.)

No realizar cambios en puestos no compatibles (Ej.: cambiar un ala o segunda línea por un pilar)

Participar en un nivel compatible con la capacidad. 

La adhesión a las normas para la formación del scrum.

¿Se deberían cambiar las reglas?

El rugby, como todo deporte de contacto, produce una importante cantidad de lesiones, que en ocasiones pueden ser graves. Estas aumentaron durante la década del 80.

Ante ello, la preocupación de los dirigentes del rugby mundial hizo que se comenzara a investigar sus causas. Es interesante comentar que las primeras reglas establecidas por la Rugby Football Union fueron escritas cuando se fundó (1871) y ya entonces los dirigentes comenzaron a estudiar y cambiar reglas.

Es de destacar que la propuesta de adecuar el reglamento para disminuir las lesiones, ya se realiza.

A continuación detallarnos algunos cambios de reglas a partir de la década del 80:

Se prohíbe hoockear con la cabeza; no se puede empujar más de un metro en el scrum; prohibir el impacto en la embestida al ingresar al scrum; no se puede tacklear a un jugador que esté en el aire; cuando un jugador de la primera línea del scrum sea expulsado, se deberá efectuar el reemplazo de otro jugador por uno que juegue en dicha posición.

Conclusión:

La dinámica, las tácticas y las exigencias físicas del rugby han evolucionado en forma importante en las últimas décadas y se ha observado un aumento del número de lesiones en general.

El promedio anual de lesiones invalidantes de columna cervical en nuestro país en los últimos 25 años; fue de 0,9 es decir casi un caso por año. Estos números son equiparables a otros deportes de contacto.

No se han registrado casos de lesión en jugadores menores de 14 años, esto se explica por el hecho que en las divisiones infantiles el scrum se juega prácticamente en forma simulada, sin realizar un esfuerzo máximo.

Permanentemente se estudia el reglamento por parte de las autoridades a fin de hacer el deporte más ágil y seguro.

Por último, realizar el esfuerzo máximo para disminuir las posibilidades de lesiones; pero igualmente se debiera revalidar los valores del rugby como una disciplina base para la formación de amigos y cuyos principios de disciplina, sacrificio, lealtad, respeto y trabajo en equipo deben ser un ejemplo permanente a transpolar a todos los órdenes de la vida.

(*) El autor es médico, columnista en temas de Salud del programa A diario, de Radio 2.