Con esta suma de palabras comenzó mi búsqueda a través de las letras. Una búsqueda que intentaba poner en papel ese nudo en la garganta que era el mar a punto de desbordarse por los ojos, de ahí su sabor a sal. Y aquel día me animé y escribí mi primer texto, que dio aquel paso importante para que todos los caminos empiecen a darse. Hoy, aquí, compartiendo mi primer columna.

Me tiemblan las piernas, y creo que no es de la medicación. 

Me late rápido el corazón, y esta vez no son las píldoras.

Me estalla la cabeza y en esta ocasión por suerte los pensamientos son los que predominan.

Artritis Reumatoide también conocida como (AR), ¿acaso la conocen? 

Yo nunca la había escuchado nombrar hasta que a los 15 años me la diagnosticaron. 

Enfermedad autoinmunitaria, lo cual significa que mi propio sistema inmunitario ataca por error a mis tejidos sanos.

Difícil de entender que mi propio cuerpo lastime mis tejidos, ¿verdad?

Difícil de entender a los quince años que se me despertó una enfermedad que por el momento no tiene cura y que me iba a acompañar por siempre.

Pero creo que lo más difícil era aceptarla, hacerme amiga como tanto me repetía mi psicóloga las pocas veces que lograba que hablara del tema.

Hoy, después de nueve años de llevarla, se me presentó un nuevo desafío. Desafío porque aprendí de una persona que es un problema si lo tomamos como problema y es un desafío si lo tomamos como desafío. Y esa elección sí depende de uno. 

Creo que hay cosas que uno no elige, que llegan, que vienen, que suceden y que como a veces digo, la vida nos pone a prueba. Sólo nos pone a prueba porque sabe que somos capaces de superarlo.

Entonces lo que sí depende de nosotros mismos es la manera en que decidimos tomar aquello que no elegimos. Eso sí lo vamos a elegir. Elegir vivir con un problema o elegir vivir con un desafío. 

Esta elección tan intima. Porque nadie puede saber por ti. Nadie puede crecer por ti. Nadie puede buscar por ti. Nadie puede hacer por ti lo que tu mismo debes hacer. La existencia no admite representantes.

Mi desafío hoy se llama Artritis Reumatoide, y Esclerodermia Localizada. Esclerodermia significa "piel dura". Es otra enfermedad auto inmunitaria, en donde se produce un endurecimiento de la piel y cambios de color. También pueden verse afectados los tejidos debajo de la piel, del músculo hasta el hueso.

Ahora seguramente es el momento en que algunos que lean estas líneas se estarán preguntando para qué esta muchacha escribe sobre su enfermedad. Muchos seguramente creen que busco dar lástima. Aunque dudo que aquellos que me conocen lo piensen así. Les voy a contar qué desató esto. 

Un día después de un mes complicado, me recomendaron dedicar un rato a hacer aquello que logre trasladarme en el espacio, que rompa las barreras de mi cabeza, que quite los esquemas de mi pasado.

Caminando hacia mi casa, pensé en aquel consejo, hallando en la escritura la paz que estaba necesitando, la manera de ayudar que me encontraba buscando, y el paraíso que andaba necesitando.

Amo escribir, entonces pensé: "¿Acaso contar mi experiencia, y la manera en que uno la vive, no es ayudar? ¿No es invitar a otro a ser parte?”. Medité por unos segundos.

Aprendí que es imposible la independencia, porque para ser independientes habría que ser autosuficientes, y nadie lo es. Nadie puede prescindir de los demás en forma permanente. Necesitamos de los otros, irremediablemente, de muchas y diferentes maneras.

Una vez leí algo muy cierto que quiero compartir:

".. Observar el mar nos da muchas ganas de tocarlo, así que con Cande salimos a caminar por la playa. Somos casi los únicos. Está nublado y es día de semana, allí vemos una persona caminando más adelante. 
Nuestra romántica caminata de la mano es interrumpida por una lluvia que cae repentinamente. Nos ponemos a correr y cuando alcanzamos al hombre, que sigue caminando, le oímos decir: 
—¿Para qué corren si más adelante también llueve? 
Continuamos al trote pensando lo que nos dijo. Tiene razón: sigue lloviendo, ya estamos mojados y no hay nada de malo en eso. Nos quedamos parados esperando que nos alcance. Llega sonriente: 
—¿No les encanta sentir estas gotas que bendecidas llegan desde el cielo? 
—Sí nos encanta, pero siempre que llovió corrimos. Creo que desde que tenemos memoria hacemos eso. 
—Se puede cambiar, uno siempre está en el cambio, y hay que cambiar la forma de ver las cosas. Uno está en un lugar y a la vez el lugar está en uno. 
—Creo haber sentido eso, que era parte y todo estaba para mí – balbuceo recordando Machu Picchu y ese inolvidable momento en el que me sentí rey.
—¿Las estrellas del cielo o el cielo de las estrellas? ¿El árbol del bosque o el bosque del árbol? ¿La humanidad del hombre o el hombre de la humanidad? 
—Cuál es su punto de ver las cosas? ¿Cuál es más importante? –Inquiere- Ambos en el mismo nivel. Porque, ¿de qué sirve uno sin el otro y viceversa? Nunca sientas que no eres importante ni que si tú no estás, nada cambia. Todo está y existe por ti. En toda la humanidad no hay quien sea más ni menos importante que tú.. "

El único temor que me gustaría que sintieras frente a un cambio es el de ser incapaz de cambiar con él.

Aquellas cosas inesperadas que se te presenten, tómalas como desafíos, como pruebas.

Y recuerda que tú decides hacia dónde y tú decides hasta cuándo. Porque tu camino es un asunto exclusivamente tuyo.