Mónica Fein logró el primer objetivo, su reelección, y no es poco, cuando la figura de Ana Martínez desde el PRO amenazaba con arrebatarle Rosario al oficialismo después de dos décadas de gobierno. Pero al triunfo del Frente Progresista no le sobró nada, fue apenas por dos puntos (11 mil votos) y no llegó siquiera a reunir un tercio del total.
A ese escenario de paridad en baja del socialismo, se le sumó el inédito doble festejo en el rubro gobernador que complicó todo. Como Mauricio Macri planteó esperar el recuento definitivo de los votos, la periodista tampoco reconoció la derrota en la ciudad (donde el margen fue escaso pero mayor que en Santa Fe). “Vamos a esperar y a contar votito a votito”, definió.
Fein, en cambio, se apuró en celebrar y en su primer discurso de la noche habló de buscar consenso y advertir la pluralidad. No fue casual, la segunda gestión de Fein –si lo confirma el escrutinio– deberá buscar apoyo en otras fuerzas –sobre todo en un fragmentadísimo Concejo– para revertir la debilidad política y el desgaste del socialismo en el poder.
Con 91 por ciento de las mesas escrutadas, Fein tenía 30,2 por ciento y Martínez 28, con 11 mil votos de diferencia entre una y otra. Sukerman, tercero y haciendo una buena elección, con 22,9. Más atrás aparecía Alejandro Grandinetti (Frente Renovador) con 13,3 por ciento y relegado en el quinto lugar Edmundo “Muni” Finkelstein (Frente de Izquierda), 3,2.
Festejos a media
Alegría y cierto desahogo imperó desde temprano en el búnker del Frente Progresista en el Patio de la Madera cuando arribaron los primeros datos. Minutos antes de las 22 Fein salió a celebrar aunque con un mensaje amplio y de convocatoria a todos los espacios. La intendenta tomó nota de que siete de cada diez no la votaron.
En 2011, la propia Fein superó el 50 por ciento de los votos cuando llegó al Palacio de los Leones. Se trata de una merma de 20 puntos, demasiado importante como para descorchar.
A eso apuntó Sukerman en un encendido discurso. “Fein no tiene nada que festejar. El 70 por ciento votó en contra de ella, la deuda es enorme, nunca un intendente de Rosario ganó por un porcentaje tan bajo al ser reelecto”, dijo.
“El escenario de dispersión de la oposición hace que pueda ganar con esa cantidad de votos”, agregó en diálogo con Radio 2.
Allí hay otra clave de la elección. ¿Qué hubiera pasado si no surgía este año la candidatura de Alejandro Grandinetti? ¿A quien hubiera ido esa buena cosecha de 13 puntos –casi un milagro desde un Frente Renovador sin estructura ni candidato a gobernador sólido–? ¿A quién hubieran ido esos votos del otro periodista de estos comicios?
¿Cuánto favoreció también al oficialismo la fuerte confrontación de Sukerman con Ana Martínez, que en el debate apuntó a su falta de trabajo en el Concejo y forzó una reacción fuera de lugar de la figura del PRO?
Techos y pisos, a dos meses de las internas
La comparación con las Paso señala otro techo para el oficialismo. Mientras que todas las fuerzas crecieron, Fein no llegaba a retener todos los sufragios del Frente Progresista. Con el 92 por ciento de las mesas, Finkelstein sacaba 4.000 votos más que en abril (16.500), Grandinetti 15 mil (67 mil) y Sukerman retenía todos los del Chino Rosúa más otros 16 mil (un total de 116 mil en estas generales).
Martínez crecía pero poco: apenas 15 mil para llegar a 142 mil. Algo que refleja su rápida instalación y su buena llegada al cierto electorado pero también un déficit, una carencia de herramientas cuando toca salir a convencer nuevos votantes.
Por otros motivos (principalmente la inseguridad que genera bronca en los rosarinos), tampoco Fein pudo aumentar mucho su cosecha. Con 153 mil votos en esta elección no llegaba a captar todos los votos de Pablo Javkin, aunque sí la mayoría (la suma de ambos fue de 169 mil en las primarias).
Fragmentados y desencontrados
El conteo avanzó con el correr de las horas y ratificó la diferencia de dos puntos pero el partido amarillo siguió sin reconocer la victoria del oficialismo. La diputada Alejandra Vucasovich definió la situación como “empate técnico” en Rosario y aseguró que entre votos impugnados y problemas en la carga de datos no se puede dar por cerrada la elección.
“Hay que esperar. El Tribunal Electoral dirá la última palabra”, repitió Ana Martínez al ser consultada por Radio 2 sobre la medianoche, cuando se mantenían los más dos puntos y 11 mil votos de ventaja de Fein.
A esa hora volvió a hablar también la intendenta, quien dijo que los guarismos oficiales confirmaron lo que habían adelantado las mesas testigo. Los militantes, acorde al clima áspero y de festejos cruzados, cantaron duro contra sus rivales del PRO, a quienes mandaron de “vuelta a Buenos Aires”.
Ya se había perdido toda esperanza de “seriedad institucional” y gestos de reconocimiento, que esta noche parecían una utopía. Las diferencias entre fuerzas se profundizaron. Toda una paradoja, si se tiene en cuenta que la ciudadanía definió no otorgar liderazgos claros y forzar el consenso entre fuerzas y dirigentes.
Más información