El proyecto comenzó en 2013 cuando el ingeniero Diego Encinas, docente de la materia Sistemas Operativos de la carrera de Ingeniería en Informática de la UNAJ, recogió una inquietud de un grupo de alumnos que proponían reemplazar el sistema Linux con que contaba la carrera por un desarrollo propio, que incorporara aplicaciones específicas vinculadas a sus necesidades como estudiantes. Con esa intención, el grupo inicial presentó el proyecto a la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación que, a través del Programa de Voluntariado Universitario “Universidad, diseño y desarrollo productivo”, financió la idea.

Linux es un sistema operativo de software libre, por lo que no es necesario comprar una licencia para instalarlo y utilizarlo en un equipo informático. Se trata de un sistema multitarea, multiusuario, compatible con UNIX y que proporciona una interfaz de comandos y una interfaz gráfica.

La financiación de la Secretaría “nos proveía el dinero suficiente para poder comprar equipamiento y empezar a hacer el desarrollo de dos máquinas. Con eso empezamos en 2014”, cuenta Encinas, quien destaca el entusiasmo emprendedor de Gonzalo Zaccardi y Brian Galarza, dos alumnos de ingeniería que daban sus primeros pasos en la Universidad. Hoy, Gonzalo y Brian son los líderes y coordinadores del desarrollo y están a meses de egresar de la UNAJ como Ingenieros en Informática.

Gonzalo Zaccardi –ideólogo del proyecto– contó que la propuesta le surgió pensando “en poder desarrollar algo que le sirviera a la universidad y a los estudiantes avanzados, para que pudieran implementar lo que vemos en la cursada, en algo útil, práctico y que puedan ver que aquello que vamos aprendiendo a lo largo de la carrera no queda sólo en la teoría”. Para darle continuidad al proyecto, remarcó que “lo ideal sería que más estudiantes se sumen para que puedan aprender e implementar lo que van a aprendiendo a lo largo de la carrera”.

Hoy, el equipo cuenta con un espacio físico en el aula 217 de la UNAJ a modo de laboratorio, y a través de distintas actividades, como la organización de seminarios y asistencia a ferias y eventos tecnológicos, entre ellos Tecnópolis, difunden el proyecto con el fin se sumar colaboradores.

Un software libre significa que cualquier persona podría descargarlo e instalarlo en su máquina. Y también remite a la idea de que también hay software “propietarios” como Windows, el sistema operativo de Apple, y demás, que son pagos.

Este sistema permite que se realicen modificaciones personalizadas e implementar nuevos desarrollos que pueden beneficiar a toda la universidad. El grupo trabaja a partir de un sistema Linux que provee de la arquitectura para empezar a construir otro sistema operativo, y que requiere millones de líneas de código de programación, para lo cual se realiza un trabajo comunitario donde muchas personas colaboran para generar diferentes distribuciones, diferentes sistemas operativos.

“Lo que hicimos fue enfocarnos en un sistema operativo académico, propio de la carrera de Ingeniería Informática y propio de la universidad, porque podría empezar a insertársele diferentes aplicativos que utilizan las distintas carreras de la universidad”, explicó el docente y agregó que el desarrollo del sistema ha sido “bastante gratificante porque más allá del desarrollo en sí del software nos despierta nuestra parte más curiosa y más divertida que es investigar y buscar”.