Un llamativo modelo educativo surgido en 1958 se replicó en 33 colegios públicos de todo el país –hay uno en San Justo– y en uno de Estados Unidos. En los establecimientos no hay pupitres, exámenes ni amonestaciones, y los docentes se encargan de la limpieza con ayuda de los alumnos.
En diálogo con el programa A Diario (Radio 2), el director del Instituto Roberto Themis Speroni de La Plata, Miguel Ituarte, explicó que por cada curso hay 25 alumnos salvo que haya un estudiante que repita. "No se habla de repitencia si no de respetar los tiempos de cada uno. No es una cuestión semántica; creemos que es imposible repetir algo en la vida de una persona, también las mismas materias durante un año" aclaró, ante las dudas planteadas por Alberto Lotuf.
En los recreos, según contó Ituarte, los alumnos pueden tomar instrumentos musicales para tocar y luego deben devolverlos. "Hacemos hincapié en la disciplina. Ha pasado que uno agarra una guitarra, toca un rato, la deja al lado de un árbol y se va a jugar al fútbol. En esos casos se los advierte que hagan una cosa o la otra", agregó.
"Todos los días nos reunimos en un salón. Seremos unas 150 personas. Tomamos té y el pan o galletita que se hizo en el día, y estamos unos 10 minutos en silencio. Si alguno habla se le recuerda que es un momento de silencio y que si quiere dialogar deberá irse a otro lugar", planteó.
Para el director del instituto, quien cursó y se formó en el establecimiento educativo, el lugar "más que una escuela es un espacio de convivencia". Recordó que todo comenzó en 1958, cuando Dorothy Ling, Nelly Pearson y Marta Bournichon, abrieron un taller que solamente tuvo a dos estudiantes.
"Fue planteado como un taller de educación complementario. No había pretensiones de revolucionar la educación. Con el regreso de la democracia, en 1983, el taller se convirtió en un centro pedagógico y tenía edificio propio. Los chicos estudiaban sólo en nivel primario y en el último año rendían en condición de libre en un colegio tradicional. Nos pidieron que el modelo se replique en todo el país y fue ahí que pasó a ser nacional", precisó.
Ituarte advirtió que tienen presente desde el inicio del taller a los pilares de la educación promovidos por Olga y Leticia Cossettini, con quienes las autoridades del instituto en sus comienzos "tuvieron vínculos". "Con el anterior director se visitaban y se escribían. La obra de ellas se lee mucho", añadió.