A Silvia C. le pasó en las últimas elecciones lo mismo que le viene ocurriendo desde que su hermana gemela falleció de forma repentina e inesperada hace casi dos décadas: la encuentra anotada en su mismo padrón y en condiciones de votar. Una situación que, por un lado, le genera a Silvia de manera repetida un fuerte impacto emocional; pero que por el otro desnuda una seria deficiencia del estado en la conformación de los padrones, que en algunos casos (como en las última Paso de la provincia de Santa Fe) pueden tener incidencia en los resultado electorales.

“Mi hermana gemela falleció hace veinte años producto de un aneurisma. Y me acuerdo que en la primera elección a la que fui a votar , su nombre aparecía en la misma mesa que la mía. Supuse que eso iba a cambiar en la elección siguiente, pero no: desde hace 20 años que me encuentro con su nombre, apellido y DNI como si estuviera viva. Y es para mí algo espantoso, doloroso. Me da bronca, porque no sé por qué ponen en los padrones el nombre de personas fallecidas. Y sé que no soy la única: porque ahí mismo en la cola para votar, había personas que tenían a familiares fallecidos anotados”, contó la rosarina en Punto Medio, por Radio 2.

Silvia aseguró que desde hace un tiempo, cada vez que ocurre, les hace el debido planteo a las autoridades de mesa pero que el error nunca se soluciona. “El deceso fue debidamente comunicado en su momento, así que nosotros cumplimos con nuestra obligación ciudadana. Pero evidentemente, algo está fallando. En la última elección provincial les volví a decir, pero las autoridades no supieron qué responderme”, remarcó.

La ruta de la información

Consultado sobre esta irregularidad en la confección de los padrones, Oscar Blando (doctor en Derecho y ex director de Reforma Política y Constitucional de Santa Fe) contó de qué modo le información de un deceso o alguna otra modificación en los datos de las personas le llega a la justicia electoral, que es la que se encarga de confeccionar los listados para cada acto eleccionario.

“Cuando una persona muere en una ciudad o un pueblo de un distrito determinado, se debe comunicar el deceso en el respectivo Registro Civil. Luego, éste debe enviarle al Renaper (Registro Nacional de las Personas) esa comunicación del fallecimiento, y es el Renaper (un organismo que depende de Ministerio del Interior del Poder Ejecutivo Nacional) el que debe anunciarle esa información a la Justicia Electoral para que cuando confeccione los padrones, excluya a esa persona. Evidentemente, hay un error en esa cadena para que la hermana de Silvia siga apareciendo pese a que lleva dos décadas fallecida”.

Según Blando, “sí puede pasar que aparezcan personas recientemente fallecidas, porque no ha habido tiempo para que se lo excluya de los padrones. Lo extraño es que en este caso hayan pasado 20 años y no se haya regularizado: porque una vez que se comunicó el deceso y se advierte esa irregularidad en el padrón, ya no es una obligación del ciudadano: es una obligación del registro civil, del Renaper y de la justicia electoral”.

De hecho, el abogado reconoce que suelen evidenciarse otras irregularidades: “Personalmente conozco casos de personas que se han ido al exterior y ha anunciado el cambio de domicilio, pero siguen apareciendo por años en los padrones”.

Lo más grave es que esto no se queda sólo en el impacto emocional para el votante que halla a un ser querido muerto hace años o para los que ven a alguien conocido que vive hace años fuera del país: también puede tener efectos electorales. “En las PASO santafesinas, por ejemplo, para pasar a las generales los partidos deben obtener mínimamente un 1,5% del padrón, por lo tanto que haya personas fallecidas o que viven en el exterior, infla ese padrón y tiene incidencia sobre los verdaderos porcentajes que necesitan las fuerzas políticas para seguir avanzando”.

Cómo actuar ante una irregularidad

Blando remarcó que “hay una posibilidad que tenemos todos y a veces no ejercemos porque no está debidamente difundida: en cada elección, hay un tiempo para revisar los padrones provisorios que sirve no sólo para ver dónde votamos sino además para detectar cualquier otra anomalía. Si en esa ventana de tiempo hacemos el chequeo con el número de documento y detectamos el problema, podemos comunicarlo. Pero hay un período para hacerlo, que en caso de las elecciones nacionales fue del 5 al 19 de mayo".

“Lo que Silvia, y cualquier ciudadano ante una situación semejante, debería hacer en el mismo domingo de la votación es comunicárselo al presidente de mesa. Y esta autoridad deberá dejar constancia de la situación en el sector de ‘observaciones’ del registro de los votos para que el acta, al llegar a la justicia electoral y previa constatación en el registro civil respectivo, permita enmendar el error”.

De todos modos, Blando también le sugirió a esta ciudadana verificar en el registro civil respectivo si está bien asentada la muerte de su hermana, y a partir de ahí seguir avanzando al Renaper o a la justicia electoral. Aunque, claro está, la obligación no es de Silvia sino del estado.

La información pública, civil, electoral, es una derecho de los ciudadanos y una obligación de los estados. En las elecciones pasadas hubo poca campaña sobre cómo se vota en Santa Fe y sobre los tiempos y formas que tienen los votantes para comunicar errores en el padrón. Ciertamente creo que se necesita destinar una mayor parte del dinero que surge de los impuestos que pagamos todos para informar a los ciudadanos sobre algo tan trascendente”, concluyó.