Diego Alejandro Celentano, el taxista de 33 años asesinado este miércoles a la noche, se aprestaba a cenar con su familia cuando le llegó el mensaje para realizar el viaje que luego derivó en el crimen. Su mujer, Cintia Iares, que también es taxista, le dijo que no fuera, que ya estaba. Pero él le contestó que era dinero que necesitaban.
Así lo contó este jueves en el programa La primera de la tarde, de Radio 2, Maira, la hermana de Cintia. Cintia y Diego manejaban el mismo vehículo. Ella es íntima amiga y compañera de militancia de Anahí Schibelbein, una concejala muy cercana al gobernador Maximiliano Pullaro. La edila negó por completo las versiones que este jueves circulaban en el Palacio Vasallo que indicaban que Celeste figuraba como asesora suya.
Maira negó relación entre la militancia radical de Celeste y el crimen de Diego. “Esto le está pasando a Rosario. El que crea que no le va a tocar, le va a tocar porque esto va a seguir pasando”, dijo entre sollozos.
Diego tenía con Cintia una hija de 4 años. “Dejaron a una familia destrozada; a una criatura sin su papá, a mi hermana que queda como cabeza de familia y esa licencia de taxis es el único ingreso que ella tiene”, comentó Maira.
Diego y Cintia se casaron en diciembre de 2019. Los dos trabajaban en el casino City Center y cuando fueron despedidos gestionaron la licencia de taxi.
Ambos manejaban el Volkswagen Voyage en el que mataron al chofer. Maira contó que Celeste le pidió que después del viaje le hiciera una videollamada. Pero al rato otros colegas le golpearon la puerta y le dieron la trágica noticia del asesinato de su pareja.
“Rosario no era así; el que piensa que está exento de esto no lo está”, advirtió la cuñada del taxista asesinado.
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