El estado de Rio Grande do Sul, en el sur de Brasil, sufre una de las peores inundaciones en los últimos 80 años. Las lluvias, que comenzaron el lunes pasado, provocaron la muerte de 37 personas y más de 70 están desaparecidas, según el último reporte. "La situación es absurdamente excepcional. No es un caso crítico, es el más crítico del estado en su historia", aseveró el gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite.

De acuerdo a lo que precisaron desde Defensa Civil, "las precipitaciones, cuyo volumen en los últimos días fue casi cuatro veces mayor al de la media para este período, afectaron a más de 350 mil personas en 235 municipios".

A su vez, el mandatario vaticinó que "desafortunadamente va a aumentar el número de fallecidos" porque todavía "hay lugares inaccesibles". 

Se trata del cuarto desastre ambiental de este tipo en un año, después de las inundaciones de julio, septiembre y noviembre de 2023 que provocaron la muerte de 75 personas en total.

Leite se reunió este último jueves con el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que viajó a la región para conocer de primera mano la magnitud de la tragedia y reiterar el apoyo del Gobierno para enfrentar las consecuencias del temporal. "El Gobierno federal estará al 100 % con el pueblo de Rio Grande do Sul para atender con recursos y para que podamos reparar los daños", declaró el mandatario, quien aseguró que "no faltará ayuda" para cubrir las necesidades básicas de la población.